jueves, 14 de noviembre de 2013

Estás listo para vencer el miedo?



Estás listo para vencer el miedo?

PASO #1) Acepta que el miedo es una respuesta normal a tu desarrollo personal, en otras palabras, cada vez que quieres crecer, que quieres tomar una decisión importante, que quieres salirte de tu lugar de comodidad, sentirás miedo ya que este quiere protegerte de lo desconocido.

PASO #2) Manten un Diario de Éxitos con una sección dedicada a tus miedos
En este diario, haz una lista de tus miedos. Cuando piensas en tus metas, ¿que miedos te llegan a tu mente? haz una lista de ellos (miedo al rechazo, al fracaso, tomar riesgos, etc.) y escoge uno de ellos para enfocarte cada semana.

Contesta estas preguntas sobre el miedo que escogiste:

 a) ¿Qué te ha costado este miedo? ¿Qué cosas hoy no
 tienes en tu vida por culpa de este miedo?

 b) ¿Cómo sería tu vida si este miedo no existiera?

 c) ¿Qué sería lo peor que puede pasar si tomaras
 acción a pesar de este miedo?..¿puedes vivir con las
 consecuencias?

 d) ¿Qué es lo mejor que puede pasar si tomas acción
 a pesar de este miedo?

Las respuestas a estas preguntas te darán una clara indicación de si debes controlar tu reacción al miedo o permitir que este te robe tus sueños.

¿Me sigues hasta ahora? Entonces continúa con el...

PASO #3) Siente el Miedo y hazlo como quiera ¿Por qué razón? Te contesto en las palabras de Aleanor Roosevelt cuando dijo:

 "Tú ganas fortaleza, coraje y confianza en ti mismo
 cada vez que te detienes y miras el miedo en la
 cara. Tú debes hacer lo que piensas que no puedes
 hacer".

Todas las personas que tú conoces y que hoy son exitosas, cuando han querido crecer, han sentido miedo y lo han hecho como quiera.

Ellos viven sus sueños aunque tienen tantos miedos como aquellos que viven miserablemente, lo único es que se han convertido en maestros de sus miedos en vez de permitir que sus miedos sean su maestro.

Cuando actúes a pesar de tus miedos, te moverás desde un lugar de dolor, parálisis y depresión (otros sentimientos que normalmente acompañan el miedo) a un lugar de poder, de confianza en ti mismo  y felicidad.

Cuando tú enfrentas el miedo te mueves a una posición de in-poderamiento donde el miedo se convierte en algo irrelevante...lo sientes pero lo haces como quiera. 

Tienes poder sobre ti mismo, poder de vivir tus sueños, poder de crear satisfacción en tu vida, poder de enfrentar obstáculos, y el poder de tomar acción.

PASO #4) Celebra tus triunfos.  Cada vez que actúes a pesar de tus miedos es un triunfo, estas rompiendo tus cadenas y tomando control de tu vida. Anótalo en tu diario de éxitos y cómprate un regalo, ve al cine o haz cualquier cosa que te haga sentir bien porque tú te lo mereces.

Cuando te sientas que estas actuando a pesar de este miedo, entonces, sigue estos cuatro pasos con el próximo miedo en la lista que escribiste en tu Diario de Éxitos.

Cuando sigas estos 4 pasos evitarás uno de los más grandes dolores de la vida: llegar al final de tus días y mirar hacia atrás y notar que aceptaste mucho menos de lo que la vida te ofrecía siendo sólo un testigo del éxito de los demás.

Cuando sigas estos 4 pasos, no permitirás que el miedo intervenga en la realización de tu propósito. Tú tienes grandes talentos y habilidades únicas que compartir con el mundo.  Nadie puede ofrecer lo que tú puedes ofrecer.

Cuando sigas estos 4 pasos, estarás in-poderado, romperás el hechizo del miedo y vivirás tus sueños.

Cuando sigas estos 4 pasos te sentirás en control y lograrás tus metas con mucho más facilidad. Te sentirás como una nueva persona y alcanzarás éxitos que sólo existían en tu imaginación!!!

Nadie puede escribir tu libro, abrir tu negocio o escribir tu canción...siente el miedo, rompe el hechizo y hazlo como quiera.

Me despido con las palabras de Alan E. N. Gray:
"Las personas exitosas hacen un hábito de hacer las cosas que los fracasados odian hacer"


Envidiar es comparar. OSHO-

Envidiar es comparar.

Y hemos sido enseñados a comparar,
hemos sido condicionados para comparar, 
siempre comparar.


Alguien tiene una mejor casa,
alguien tiene un mejor cuerpo,
alguien tiene más dinero,
alguien tiene una personalidad carismática.
Comparar, sigue comparándote a ti mismo
con todos los que pasan y la envidia aparecerá; 
es el acondicionamiento de la comparación por el producto.


Por otra parte, si dejas de comparar, 
la envidia desaparece, 
entonces tu simplemente, 
sabes que tú eres tú y nadie más y no existe la necesidad.


Es bueno que no te compares con los árboles, si no, 
vas a sentir mucha envidia- 
¿por qué no fuiste verde?

¿Y por qué Dios es duro contigo y no con las flores?
Es mejor que tú no te compares con los pájaros, los ríos, 
las montañas porque sufrirás.

Sólo te comparas con seres humanos, 
porque has sido condicionado para compararte con otros seres humanos; 
no te comparas con pavos reales o loros.

Ahí si que estarías celoso cada vez más: 
estarías tan celoso que simplemente no podrías vivir. 

La comparación es una actitud muy tonta, 
pues cada persona es única e incomparable.

Una vez que comprendes eso, 
la envidia desaparece.

Cada ser es único,  incomparable. 
Tú eres sólo tú: nadie ha sido jamás como tú, 
y nadie jamás lo será.

Y no necesitas ser como otro. 

Dios sólo crea originales; no crea copias.

Tú conoces tu interior y así conoces a los demás; 
exteriormente, eso genera envidia.


Ellos te conocen exteriormente y saben cuál es su propio 
interior eso genera envidia.

Nadie más conoce tu interior.

Entonces tú sabes que no eres nada, que no vales nada.
Y los otros, afuera, se ven sonrientes.
Sus miradas pueden ser falsas, 
pero, ¿cómo sabes que son falsas?

Quizá sus corazones están muy sonrientes.

Sabes que tu sonrisa es falsa 
porque tu corazón no sonríe del todo, 
talvez está llorando y sollozando.

Tú conoces tu interior y sólo tú lo conoces, 
nadie más.


Y conoces el exterior de todo el mundo 
y en el exterior la gente lo hace bonito.


El exterior son sólo piezas de un espectáculo y es decepcionante.
Sólo mira dentro de tu valija y encontrarás 
muchas cosas artificiales y  falsas

¿para qué?
¿por qué no puedes ser natural y espontáneo?
Por los celos.

El celoso vive en un infierno.
Elimina la comparación y los celos desaparecerán, 
la maldad desaparecerá, la falsedad desaparecerá.

Pero sólo los puedes eliminar si empiezas a hacer 
crecer tus tesoros internos; 
no hay otra forma.


Madura, conviértete en un individuo más y más auténtico.


COMO NOS AFECTA EL RENCOR... Por Sebastián Alberoni

“Aferrarse a la ira es como agarrar un carbón caliente, con la intención de tirarlo a alguien más.
Tú eres el que se quema.” Buda

Ante una situación de conflicto, cuando el otro nos dice o nos hace algo que no nos gusta, tendemos a quedarnos con rencores, y nos suele costar mucho esfuerzo el poder dar vuelta la página de verdad.

 Si estamos transitando o intentando transitar un camino espiritual, puede ser que nos intentemos autoconvencer de que ya no guardamos ningún rencor hacia nada ni nadie, podemos llegar a sentir que es así, pero luego de un tiempo vemos que ante cualquier cosa mínima que nos haga recordar a dicho evento o a dicha persona, el rencor vuelve a aparecer.

Una visión muy novedosa, sumamente simple y que nos puede ayudar mucho, es darnos cuenta de que si guardamos rencores, si nos quedamos con broncas, somos nosotros los principales perjudicados. 

Si tengo esos sentires en mi, los sentiré directamente en mi cuerpo, muy probablemente como un bloqueo o sensación fuerte de incomodidad en el plexo solar, que es justamente el centro energético o chakra relacionado con las emociones, que se ubica un poco por encima del ombligo.

Si no soy consciente de esto, si no practico la autoobservación, puedo alimentar aun más estos sentires con mis pensamientos: pensamientos que justifiquen y lleven a más rencor y más separación, pensar en lo mal que hizo esa persona, en cómo pudo hacerme eso, pensar que nunca más quiero volver a acercarme a esa persona, etc. Llegados a ese punto, el malestar que sentiremos puede ser muy notorio.

 No solo se sentirá esta incomodidad en nuestro plexo solar, estas emociones y pensamientos disonantes también drenarán nuestra energía vital. En definitiva y en palabras simples, quedaremos hechos “un trapo de piso”.

Al hacernos conscientes de esto, nos daremos cuenta del poderoso hecho de que si de verdad soltamos los rencores, si de verdad aceptamos la situación y podemos ver al otro más allá de la ofensa, los principales beneficiados seremos nosotros, porque volveremos a sentir paz, volveremos a sentirnos libres por dentro, nuestro cuerpo se volverá a sentir relajado, ya no habrá bloqueos, nos sentiremos nuevamente con la presencia y la energía vital activa en todo nuestro cuerpo, especialmente en nuestro corazón. 

Tendremos más ganas de vivir, sentiremos dicha, entusiasmo, volveremos a estar conectados con nuestra Esencia.

Desde este nuevo lugar, será mucho más fácil comenzar a sentir verdadera aceptación hacía el otro y hacia la situación que me tocó vivir. Entonces, además de ser un regalo para mí, también será como consecuencia un regalo para el otro. 

Si por el contrario, hubiéramos encarado esta situación sólo desde el esfuerzo de querer aceptar al otro inspirados en el común conocimiento de que “perdonar es algo bueno”, sería un enfoque muy noble, pero que nos puede costar muchísimo esfuerzo, esfuerzo que puede terminar siendo infructuoso.

Desde este nuevo lugar, como se explica en la técnica del Ho’Oponopono, también podré ver más fácilmente cuáles fueron las causas internas mías que me ayudaron a vivir esa situación, o que me hicieron sentirme tan dolido con dicha situación. 

Generalmente las cosas nos pasan, y hay otro u otros involucrados, pero a la vez los dolores se aumentan por heridas no sanadas de nuestro pasado. 

Entonces estos hechos nos pueden ser de gran utilidad para autoconocernos mejor, para sanar y abrazar cuestiones pasadas. Desde esta visión el otro termina siendo un facilitador que nos puede estar mostrando algo a sanar.

Todo esto no significa que no podamos sincerarnos con la otra persona, decirle que su actitud nos ha hecho sentir mal, que nos hemos sentido heridos, que su obrar nos parece demasiado fuerte, que no esperábamos eso de ella/él, que nos damos cuenta de que nuestro dolor puede en parte verse aumentado por nuestras propias heridas del pasado, pero que de todas formas duele, o lo que sea. 

Por el contrario, el consejo es intentar siempre decir lo que sentimos, compartirlo con el otro, abrirnos al otro, tratando de que sea lo más posible desde el corazón. Es el miedo el que nos hace creer que es mejor cerrarnos y no decir nada, y es el Amor el que nos ayuda a abrirnos y compartir.

Puede ser que al sincerarme, sea la otra persona la que se ofenda. Hay personas que no tienen reparo en decir o hacer cosas fuertes, pero que no toleran escuchar el retorno. Además, ofenderse en esas instancias suele ser un mecanismo de defensa para evitar sentir remordimiento o hacerse cargo de las propias acciones. 

En ese caso, será el viaje de la otra persona el trabajar sus rencores. Pero si nosotros hacemos nuestro trabajo y podemos soltar nuestros rencores, es muy posible que se dé una nueva instancia en la que sea el mutuo entendimiento, la mutua comprensión, la que triunfe.

 Solo es cuestión de darle a las situaciones el tiempo necesario. Y según han dicho los sabios y maestros, el tiempo es, en últimas, parte de la ilusión, como así también la separación.

No nos aflijamos si de todas formas más adelante los rencores afloran de nuevo. En ese caso podremos aplicar de nuevo esta visión sanadora. Generalmente vamos creciendo en espirales ascendentes, pareciera que volvemos a pasar nuevamente por lo mismo, pero siempre estamos avanzando, sanando y evolucionando.

GRACIAS!!

¡GRACIAS!
El poder del agradecimiento es tan grande que nos pone en contacto con energías sutiles de gran alcance que tienen la capacidad de elevar la vibración y sacarnos de ese estado en el que no le podemos encontrar solución a los problemas que la vida nos presenta o  no nos sentimos con fuerza para acep-tar las adversidades.

Dar las gracias neutraliza todos los venenos producidos por nuestros propios estados negativos, depresivos y angustiosos. Cuando damos las gracias abrimos unos canales que permiten que la energía del alma fluya hacia nosotros y nos eleve.

La actitud del agradecimiento condiciona nuestra vida interna y la llena de luz. ¿Te ha puesto a pensar cuánto tiempo del día pasas intercambiando con el mundo exterior? Algunos minutos, horas… mientras que contigo mismo pasas todo el tiempo. 

Puedes elegir tu compañía, pero hay una compañía que está contigo siempre. ¡TÚ mismo! ¡Qué pesado resulta cuando esa compañía está llena de resentimientos, de miedo, de iras! Nos esclaviza y no nos permite disfrutar la maravilla de un amanecer, del cielo azul, el sonido de la lluvia…

No hay nada que condicione más tu existencia que tu estado interno. 

Hagamos lo necesario para que la abundancia, la belleza y el orden se instalen en nuestro mundo interior. Nuestra civilización “moderna” se especializa en llenarnos de cosas. Compramos y compramos y nuestras casas parecen almacenes. Muchas de las cosas que compramos nos hacen prisioneros porque son caras y tenemos que estar cuidándolas todo el tiempo. 

Es dentro nuestro que tenemos que tener la riqueza, la belleza y la fuerza, son riquezas que ni siquiera la muerte nos las puede quitar y tienen la capacidad de hacernos feliz.

La puerta para obtener todas esas riquezas internas es el agradecimiento. Si empezamos el día dando gracias, estamos marcándolo en la dirección correcta. No te  levantes de la cama sin antes agradecerle a Dios el día que te da. En las mañanas suelo hacer la siguiente oración que ahora comparto contigo.

Gracias, Padre, por todo lo que me das.
Que todos mis pensamientos, sentimientos y actos sean para tu Gloria.
Que no se haga, Señor, mi voluntad sino la Tuya.

Del  Maestro Omraam Mikhale Aivanhov aprendí a poner el pie derecho primero en el suelo, al salir de la cama, como un símbolo de que todo marchará en la dirección correcta.

Si llenamos la vida cotidiana con estas pequeñas cosas, le vamos cambiando la tónica, la vibración y por afinidad atraemos todo lo bueno a nuestras vidas. Bendecir la comida y agradecer que la tengamos, es una de esas cosas que pueden elevar la vibración. Y es tan recomendable, porque la comida que llega a nuestra mesa ha estado tan manipulada que es importante que la impregnemos de nuestra mejor vibración. 

Mi querido amigo Concepción Ferrufino me ha enseñado que no me tome ningún medicamento sin antes tomarlo en la mano derecha, colocarlo en el corazón y bendecirlo.  

Mi otro buen amigo Leonardo Díaz me decía: “Antes de leer un buen libro, colócatelo en el corazón y busca el contacto con el alma del autor, de esa manera lo comprenderás mejor.”

El Maestro Omraam Mikhael Aivanhov nos enseña saludar a la naturaleza en las mañana, levantando la mano derecha y diciéndoles, “les amo, les amo”. 

Cuando llego cansada, de un viaje, a mi casa, siento un profundo agradecimiento por el espacio que la vida me ha regalado y saludo a las paredes, los muebles, las plantas y a todos los seres invisibles que comparten mi hogar, así, con la mano en alto, imaginando que el amor de mi corazón salen por la mano como un rayo de luz y los bendice. Y créanme, el espacio palpita y brilla con luz propia y parece decirme: ¡bienvenida!

Son cosas pequeñas con un poder muy grande. La vida es un sucederse de pequeñas cosas cotidianas, pero el resultado lo da la intención, la energía, la vibración que tú le pongas. El ser humano tiene la facultad de llenar los espacios con luz o con sombras, sin importar cuales objetos se tengan o se dejen de tener. 

Este mundo está hecho de “Conciencia” y en nuestro universo la Conciencia es Amor. Es una Presencia que subyace detrás de todo. 

Es cuestión de saber mirar y descubrir la divina esencia de la cual se han hecho todas las cosas, que es el Hijo Divino, el Verbo. Y ese mirar se logra cuando abrimos las puertas del corazón a través del agradecimiento. 

Cuando valoramos lo que tenemos, le añadimos luz, lo hacemos crecer y los milagros comienzan a sucederse porque atraemos aquello que sostenemos con el pensamiento y el corazón.

Cuando no vemos lo bueno que tenemos lo podemos perder. La queja, la crítica, el hablar sin tener en cuenta si herimos o no, la duda, la sospecha, llenan nuestros ambientes de sombras, de oscuridades y somos nosotros los más perjudicados, porque la vibración baja con la que impregnamos los espacios se nos devuelve y nos sentimos pesados, abrumados, cansados. 

Cuando servimos o ayudamos a alguien, cuando hacemos un acto de bondad, la vida canta dentro de nosotros y no importa lo que tengamos alrededor, en nuestro mundo interno se instala la luz.

Agradece cada día todo lo que tienes. Agradece lo vivido, todo lo que has aprendido de tus errores, agradece los inconvenientes, ésos que hicieron que tuvieras que superarte a cada instante, agradécelo  todo y entrarás en la magia y el esplendor de la existencia.