Sigo
viviendo entre los dos mundos, el que existía y existe desde siempre a mi
alrededor y el que descubrí, que por cierto también había estado siempre ahí,
el real y que no veía de tan ciega y dormida que estaba….
Todo el universo es un gigantesco dibujo geométrico y sagrado,
como si fuera un corazón gigante que acurruca a Dios.
Me apena que la gente no
aprenda a dejar de sufrir. Que no comprenda “la naturaleza” de las cosas y las
viva como parte de un tesoro más para su
cofre de colores emocionales. No estoy en contra de las lágrimas, al contrario,
lavan, purifican y alimentan, pues responden precisamente a toda la gama de
emociones. Hay que derramarlas, disfrutarlas, secarlas y seguir el día.
Y por ello me apena en cierto
sentido que sea una razón aquello de que
la verdad es de quien la busca..Por eso digo, gracias por que sí importamos. Y
gracias al tiempo por irse ocupando de lo suyo aunque a veces se sienta como que va a rastras. Gracias vida por enlazar rutas y convertir veredas en
caminos